Steve Carell, uno de los actores mejores pagados de Hollywood en los últimos años, ha trabajado como actor, productor, guionista, director de televisión y humorista. Actor consumado en el género cómico y con una simpatía personal arrolladora, ha conseguido no anclarse del todo en un papel en el que se encuentra cómodo.
Apto para encarnar a personajes poco aptos para la vida real, ha conseguido ganarse a pulso el cartel de uno de los mejores humoristas de EE.UU., gracias a papeles como el de la película The Incredible Burt Wonderstone, en el que da vida a un mago de Las Vegas, o en Little Miss Sunshine.

Tras ponerle voz a los minions más parecidos a los Hermanos Marx, profundizó en un papel que implicaba ingeniar complots malignos, adentrándose en una personalidad violenta, adorable y graciosa. Gru: Mi Villano Favorito 2, supuso para el actor una lección más de humildad, al aceptar un papel en el que él mismo sabía que iba a tener un papel secundario.
The Office fue uno de sus puntos álgidos como actor de comedia, una serie en la que encarnaba al gerente general de una sucursal, y con la que ganó un Globo de Oro y 6 nominaciones a los Premios Emmy.

Aunque se caracterice por ser un maestro en el arte de la comedia, este año demostró su nueva faceta en el rodaje de Foxcatcher, un drama de Bennett Miller, basado en la historia del luchador y medallista olímpico Mark Schultz. Dando vida al millonario John du Pont, el humorista se tomó como reto interpretar un papel en el que padecía de esquizofrenia paranoide y terminaba asesinando al famoso luchador.

Inmerso en el mundo del humor de forma casual, Steve Carell se encuentra en un momento de mutación perpetua trabajando en papeles futuros como la historia de un profesor de lingüística en la película Dogs of Babel, una novela de Carolyn Parkhurst.
“Todas las actividades que implican desempeñarse en un escenario tienen algo en común. El trabajo de los comediantes sin duda se parece al de los músicos, al de los ilusionistas y al de otros profesionales. Cualquiera que se suba a un escenario comparte mucho con los comediantes: por lo que viven, por las cosas que tienen importancia en su oficio, por la manera en que se vinculan con el material con el que trabajan, y por lo que hacen para no volverse amargados y aburridos”.
Steve Carrell