Mila Jovovich lleva una década triunfando con Resident Evil y sus secuelas, saga que adapta el conocido videojuego de Capcom, pero no todas las adaptaciones videojuego-celuloide han corrido la misma suerte. Aunque el ejemplo de Jovovich demuestre que es posible, por lo general, el salto de un género a otro acaba en desastre. ¿Cuáles han sido las peores películas basadas en videojuegos? Hemos elegido cuatro grandes ejemplos:
Super Mario Bros., 1993
Aunque muchos de pequeños viéramos esta película una y otra vez, lo cierto es que Super Mario Bros. es una versión que deja mucho que desear. De los 48 millones de presupuesto, el filme sólo recuperó 20 en taquilla y el actor protagonista Bob Hoskins ha llegado a decir que se arrepiente de haber aceptado el papel de Mario. A su favor, ¿quién pensaba que adaptar Super Mario Bros. iba a ser fácil?

Street Fighter, 1994
Un año después de Super Mario Bros. otra película demostraba que quizá videojuegos y cine no estaban destinados a llevarse bien. Jean-Claude Van Damme protagonizó el filme Street Fighter (basado en el juego de lucha del mismo nombre desarrollado por Capcom), y a pesar de que estaba en un momento dulce de su carrera, su mera presencia en el proyecto no lo hizo mejorar. Contribuyó al desastre un reparto extraño que incluía a Kylie Minogue, aunque sobre todo el estar plagada de errores tanto en el argumento como la biografía de algunos luchadores, y no haber representado correctamente las principales técnicas de los protagonistas.
A pesar de todo, triplicó en beneficios lo que se había invertido en ella (35 millones de presupuesto).

Wing Commander, 1999
Machacada por los críticos y un fracaso en taquilla, Wing Commander adaptaba vagamente el juego de simulación de vuelo de Origin System que se lanzó en los 90 para DOS, Amiga, SEGA CD o SNES, entre otros. Los actores Freddie Prize Jr., Saffron Burrows y Matthew Lillard no evitaron que el filme se estrellara.
Su presupuesto era de 50 millones y sólo pudo recuperar en taquilla 22 millones.

Tomb Raider: La cuna de la vida, 2003
La interpretación de Angelina Jolie fue lo único que se llevó alabanzas en Lara Croft: Tomb Raider - La cuna de la vida. La segunda entrega para la gran pantalla de esta heroína de Crystal Dynamics volvió a tener en su contra la opinión de la crítica y de los fans. En taquilla no perdió dinero (confesad, fuisteis a verla...). Si la primera tenía un presupuesto de 115 millones e hizo 274, esta segunda en la que es épico el puñetazo que Lara propina a... ¡un tiburón!, se gastaron 95 millones de dólares y se ganaron 156.
