Hoy recomendamos 10 películas imprescindibles de los pioneros: Es interesante acercarse a los pioneros del cine para entender cómo fue evolucionando este arte, cómo desde un principio, todos los grandes cineastas buscaron contar una historia y las formas que encontraron para hacerlo; formas que han ido cambiando con el tiempo, pero que se asientan en estos adelantados de principios del siglo XX. Por ello hemos elaborado una lista con 10 títulos clásicos imprescindibles.
Estas películas hay que verlas con la intención de aprender, de analizar el continente: encuadres, técnica, iluminación, montaje, trucos... y en un segundo plano también el contenido, que refleja tanto del autor y de su época.
La llegada del tren a la estación, hermanos Lumière.
La gente se levantaba despavorida pensando que el tren filmado iba a salir de la pantalla y arrollarles. Era normal, hasta esa reproducción en 1895 no se había visto cosa igual: imágenes en movimiento. Se estrenó en el Boulevard de los Capuchinos un 28 de diciembre de 1895.
Viaje a la luna, Méliês.
Los hermanos Lumiêre eran inventores, hombres de ciencia, sin embargo Méliês, veía en los primeros cinematógrafos una herramienta para contar historias simples. Se le conoce como el padre de la ciencia-ficción porque es el primero que apuesta por tramas poco realistas (como el viaje a la luna o las historias con seres del fondo del mar) y representaciones fantasmagóricas que acompañaba con trucos de corta y pega directamente en el celuloide.

El nacimiento de una nación, Griffith
Griffith comienza a hacer largometrajes en los que se cuentan grandes historias, y para ello se da cuenta de que se necesita un montaje más especial que el que presentara Porter. Con Griffith nacen diferentes planos y diferentes tipos de montaje. Se despega de los primitivos e introduce un relato cinematográfico. Además fue famoso por introducir persecuciones, que tanto se popularizarían tiempo después.
Quo Vadis, Guazzoni
Italia empieza con las grandes superproducciones históricas y Guazzoni destaca con esta versión de Quo Vadis (ni la primera sorprendentemente, ni la última).

Intolerancia, Griffith
Un año después de El nacimiento de una nación, Griffith cogió el testigo de las superproducciones con una cinta dividida en cuatro fragmentos en los que se abarcaban diferentes épocas históricas con grandes escenarios y muchas personas participando en ellas. La complejidad de la trama y del mensaje no la hizo muy popular y nada rentable.
El acorazado Potemkin, Eisenstein
Eisenstein perfecciona la técnica de Griffith y podemos hablar ya de planos en El acorazado Potemkin, que además de su famosa escena del carrito cayendo por las escaleras, nos deja una gran evolución en la técnica y el montaje.
El gabinete del Dr. Caligari, Wiene
Y con el alemán Wiene, tenemos el nacimiento de las películas de terror y la introducción de los giros de guión. Esto último no es nada que la literatura no dominase ya, pero para el cine mudo, fue toda una proeza su introducción.

Nanuk, el esquimal, Flaherty
Destaca por ser el primer cineasta que apuesta por el documental, por una narración informativa en un medio natural que acercaba la vida de los esquimales. Sin duda es la evolución del trabajo de los hermanos Lumière, aunque el propósito es lo que convierte el material de Flaherty en documental, pero comparten la búsqueda del realismo.
La quimera del oro, Charles Chaplin
Con Chaplin llega el humor. La quimera del oro, El chico, Tiempos modernos son ejemplos de comedias de Charles Chaplin en las que los intertítulos seguían teniendo relevancia, pero sin duda mucha más la labor del actor, que debía ser capaz de transmitir.
Un perro andaluz, Luis Buñuel
Metemos a un español en la lista, Luis Buñuel, impulsor del surrealismo. Un perro andaluz (Un chien andalou, Francia, 1929) es la viva prueba de este movimiento: un cortometraje silente en alianza con Dalí de 17 minutos y de visión obligada para descuadricular las inspiraciones de la época.
Estos son clásicos imprescindibles del cine que no te puedes perder.